LAS TORRES OLVIDADAS DE SEVILLA:
Actualmente la Torre del Oro es un edificio individual, pero en su origen estaba unida por una coracha o lienzo de muralla al Alcázar, formando un baluarte defensivo que protegía el puerto de Sevilla. La Torre del Oro era el punto fuerte de esa muralla, pero había otras torres que la reforzaban : la Torre de la Plata, aún visible en la calle Santander y la torre de Bronce o torre de Adelaziz.
Esta última de planta hexagonal, pequeña , permanece hoy en la esquina de la Avenida de la Constitución con la calle de Santo Tomás, cerca del Alcázar una calle principal de Sevilla peatonal y por donde pasa el tranvía. La torre es difícil de ver, está semioculta por el edificio al que está adosada.
LA TUMBA DE CRISTÓBAL COLÓN:
Junto a la entrada por la puerta de San Cristóbal, el visitante de la Catedral de Sevilla se topará con el monumento funerario a Colón. En este lugar descansan los restos del insigne marino que descubriera «las indias» un 12 de octubre de 1492. En un principio este monumento funerario estaba destinado a la Catedral de la Habana donde se encontraban los restos de Colón, pero debido a la independencia de Cuba en 1898. Se trasladaron los restos y se realizó el monumento para albergarlo en la Catedral de Sevilla. En la inscripción dice así «Cuando la isla de Cuba se emancipó de la madre España. Sevilla obtuvo el depósito de los restos de Colón».
LA SANGRE DERRAMADA EN EL ALCÁZAR:
vamos a relatar una leyenda que tiene como escenario Los Reales Alcázares de Sevilla. La protagoniza, una vez más, el rey Pedro I, apodado el ‘el Cruel’ por la fama de despiadado que adquirió durante su estancia en el trono, si bien sus partidarios lo calificaban como ‘el Justiciero’ para intentar equilibrar la balanza. No es la primera vez que hacemos referencia a sus presuntas fechorías (algunas de ellas no están documentadas), y probablemente tampoco será la última, pues su trayectoria como monarca dio mucho que hablar en toda Castilla, incluida la capital hispalense.