Generalmente cuando pensamos en viajar a un lugar se nos ocurren los lugares más populares, como Brasil, el Caribe, Francia, Alemania, Inglaterra, Canada, y muchos otros. Es menos común que pensemos en otros como Israel por ejemplo, hoy vamos a hablar sobre este país y uno de sus principales atractivos.
En un lugar casi inhospito se encuentra la fortaleza de Masada, uno de los lugares más especiales y que absolutamente imprescindibles visitar de Israel. La misma se encuentra en el desierto de Judea, frente al mar Muerto, y a tan sólo un par de horas en coche de Jerusalén.
Este lugar es un importante yacimiento arqueológico, se trata de las ruinas de una fortaleza construida por Herodes el Grande en el siglo I a.C. con una historia muy interesante. La misma paso a ser propiedad de los romanos cuando la conquistaron hasta el año 66 d.C, cuando sucedió el famoso suceso que la dejó en ruinas.
¿Cómo fue destruida? Durante la Primera Guerra Judeo-Romana, en donde zelotes, sicarios y otros grupos judíos se sublevaban contra la dominación romana. Los mismos ocuparon la fortaleza con suficientes víveres para sobrevivir por varias décadas. Sin embargo, los romanos no se quedaron de brazos cruzados, construyeron una rampa que les permitió ascender hasta lo alto del macizo. Quienes estaban en la fortaleza prefirieron morir a ser tomados prisioneros, por tanto encontraron una solución drastica, se suicidaron.
Fueron los cabeza de familia quienes se encargaron de dar muerte a sus familias y al terminar diez hombres fueron elegidos por sorteo para matar a quienes quedaban. Una vez que quedaban tan solo 10, uno de ellos fue elegido para matar al resto de sus compañeros e incendiar la fortaleza para destruir todo lo que allí había. Sin duda un final muy trágico.
Solamente cinco personas sobrevivieron a este desenlace, las cuales se escondieron en las galerías subterráneas. Debido a esta historia hay muchas leyendas que rodean a esta fortaleza tan especial. Las ruinas son muy interesantes y visitar el palacio de Herodes es obligatorio.
Si bien muchas de las habitaciones perdieron su esplendor, una de las partes que mejor se conservan son las salas de baños frías y calientes. Las mismas hacen notar el lujo con que vivian quienes habitaban allí.
Si te interesa visitar este lugar te contamos que puedes acceder a través de dos formas mediante el funicular, con el cual se viaja que cómodamente y se tarda solamente cinco minutos en llegar, o por el arduo Camino de la Serpiente, todo un reto para los más fuertes.
Más allá de la forma que elijan este es un paseo imperdible, te animamos a visitar este fantástico lugar y no olvides llevar tu sombrero y una botella de agua, ¡suerte!