El museo de la tortura, ¿te animas?

Ya hemos hablado de una gran cantidad de museos por todo el mundo, por lo general los mismos presentan esculturas y obras artísticas, aunque, también están aquellos museos especiales con temas un tanto diferentes. Hoy vamos a hablar sobre uno de estos, se trata de un museo en Amsterdam llamado “El museo de la tortura”, como su nombre bien lo dice, allí se presentan objetos de tortura de todo tipo. Advertimos que este no es un lugar para personas sensibles o fácilmente impresionables, te contamos lo que encontrarás allí para que no halla sorpresas.

El museo expone objetos muy dantescos y crueles, se trata de instrumentos que se empleaban en la Edad Media para impartir justicia. Los procedimientos por los que se hacía pasar a la persona eran realmente sádicos y lo peor, es que se hacía de forma pública. Esto tenía el objetivo de que los habitantes fueran testigos de este castigo tan doloroso y no se atrevieran a no cumplir con la ley.

El museo cuenta con más de cincuenta herramientas fabricadas con el único objetivo de causar dolor y sufrimiento. Se empleaba en ladrones o violadores, aunque, se aplicaban más que nada en personas que eran acusadas de brujería o herejía. El lugar está ambientado con luces tenues, las exposiciones son muy macabras y siniestras. En el interior del museo podemos ver el garrote vil, se trata de un asiento de madera cuyo respaldo está formado por una tabla de la que salía un tornillo acabado en bola. El objetivo del mismo era partir partir el cuello del acusado.

También podemos encontrarnos con el aplastacabezas, se trata de un casquete en donde se introducía la cabeza de la víctima, la parte superior se encontraba afilada y un tornillo enorme atravesaba el cráneo de la víctima. Otro instrumento que encontraremos es el potro, una mesa conectada a un torno. Se colocaba al acusado con las extremidades en direcciones opuestas, al prender la máquina la persona era estirada hasta que se llegaba a la amputación de los miembros.
También hay instrumentos de tortura más conocidos como la silla de interrogatorios, la misma contiene multitud de pinchos por todas sus esquinas; la jaula colgante, en la que se introducía al acusado desnudo como acto de humillación; o la cigüeña, con la que se inmovilizaba y causaba dolor al presunto culpable por el cuello, las manos o los tobillos.

A lo largo de todo el museo hay paneles explicativos que cuentan para qué sirve cada instrumento, además, nos orientan en cuento al contexto y en ocasiones hay hasta dibujos ilustrativos. El museo se encuentre en el número 449 de Singel. ¿Cómo llegamos allí? Podemos coger las líneas 4, 9, 16, 24 o 25 del tranvía.

El mismo abre todos los días de la semana de 10 horas a 23 horas y el precio de la entrada para adultos es de 5 euros y para los niños de 2,50 euros.

¿Qué dices? ¿Te animas a viajar allí?

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